Nuestra llegada a Agra fue algo diferente al resto de trayectos anteriores.
La primera diferencia, el desplazamiento lo hicimos en tren y no en autobús como de costumbre. La segunda... menos mal que íbamos en tren. Emilio se cagaba patas abajo y si no llega a ser por el Wc del tren, la época de los monzones con él hubiera empezado antes.
Una vez en la estación de trenes de Agra decidimos ir en busca de hotel, por lo que nos subimos en un rickshaw y le indicamos que nos llevara a la zona de Taj Ganj.
Bufff, buff, bufff!!! La madre que los parió... pero que plastas. Ni un segundo nos dejaban respirar. Que no necesitamos nada joer!!!!!
Esquivando como podíamos a la gente que nos incordiaba y que nos seguía allá donde íbamos y que intentaban sacarse a toda costa una buena comisión... al fin dimos con un hotelito bastante tranquilo y alejado un poco del bullicio de la calle principal.
Esa noche cenaríamos algo rapidito y a enroscarse que Emilio necesitaba descansar.
Los siguientes días fueron tranquilitos. De visita por toda la ciudad y probando los placeres de la gastronomía hindú en alguno de los mas destacados restaurantes. Recomiendo el restaurante Yash Café. Aunque las sillas y la mesa no son compatibles en altura, el “chicken mughlai” (pollo en salsa de frutos secos) y el “custard” (natillas con frutas) si que estuvieron a la altura de nuestros paladares.
Evidentemente no debíamos pasar por alto nuestra anhelada cita con el Taj Mahal, considerada una de las 7 maravillas mundiales.
La historia del Taj Mahal, o la perla de la India, como muchos la denominan, se puede resumir con las palabras “una lágrima en el rostro de la eternidad”.
Construido por el emperador Sha Yahan en recuerdo de su segunda esposa, Mumtaz Mahal, contiene en su aspecto inmaculado mamparas de mármol y pietra dura (incrustaciones de mármol) hecha con miles de piedras semipreciosas. Todo un monumento al amor. Se calcula que el precio de este magnífico mausoleo equivaldría a 70 millones de dólares de hoy. Casi na!!!
Así que a las 6 clavados en una de las puertas laterales para ser de los primeros en entrar y contemplar la salida del sol. Esperamos que las 750 rupias del precio de la entrada valgan la pena.
A ver... feo no es. Y es una pasada el mármol y todo su conjunto... pero tampoco es para tanto tanto. Bonito es, eso sí, aunque la masificación de gente impiden que se pueda disfrutar de él, y claro... éramos dos borreguillos más en medio de las miles de personas que allí estábamos.
Por el momento, el primer puesto es para las piedras del Machu Picchu y sus llamas revoloteando alrededor.
Después de nuestra matutina visita a la que es ya la tercera maravilla que vemos, nos aprovechamos del descuento que tenemos con la entrada para poder acceder al recinto del Fuerte Rojo. Así que pallá que nos fuimos.
Guau!!! 50 rupias!!! Pedazo de descuento... jajaja aunque bueno, menos da una piedra.
Pagamos las 250 rupias y nos adentramos a explorar el interior del Fuerte de Agra
El Fuerte de Agra, a orillas del río Yamuna sufrió varias transformaciones desde sus inicios en el año 1565 cuando el emperador Akbar lo mandó construir. Originalmente, el fuerte debía servir como estructura militar, pero el nieto del emperador, Sha Yahan lo convirtió en palacio. Posteriormente se convertiría en su prisión cuando su hijo Aurangzeb lo destronó en 1658.
Con el paso de los años muchas de las estructuras fueron destruidas hasta que, por ultimo, los británicos usaron el recinto como guarnición.
Ahhh… se me olvidaba explicaros la visita que hicimos uno de los días a Fatehpur Sikri, una ciudad fantasma.
Situada a 40 km al oeste de Agra, Fatehpur Sikri fue la capital del Imperio Mongol durante el reinado de Akbar. Aunque desde el punto de vista arquitectónico era brillante, se construyó en una zona con escasez de agua y fue abandonada poco después de la muerte del primero de los emperadores mongoles.
Hoy en día está considerado patrimonio de la humanidad, aunque el apodo de fantasma más bien sería en el pasado, porque cuando fuimos, que pensábamos que íbamos a estar “solos”, y aquello es más bien patrimonio del turismo, jejeje. Y vive mucha gente, así que no es fantasma.
De todos modos, es un sitio interesante y vale la pena no perderse su visita. Hay autobuses del gobierno que salen desde Agra y te llevan por unas 15 rupias. Y también aprovechamos para hacer amistades con la fauna del lugar, jejeje
Nuestra próxima parada: Jaipur.
El día 19 de diciembre nos levantamos como de costumbre, esta vez un poco más temprano, para preparar la mochila y desayunar con tranquilidad…
TOC TOC TOC
-Quién es? Pregunta Emilio
TOC TOC TOC
TOC TOC TOC (Casi tiran la puerta abajo)
-Un momento por favor (nos acababamos de levantar y Emilio estaba en gallumbos y yo en el baño)
TOC TOC TOC TOC TOC TOC (cada vez más insitentes y con golpes más fuertes)
En vista de la súbita insistencia… Emilio abrió la puerta en calzones…
-Qué pasa? Dijo Emilio
Una patrulla de militares estaban en frente de la puerta de nuestra habitación con cara de pocos amigos… y para colmo ni papa de inglés.
Así que empezaron a soltar palabras en hindi… bla bla bla….
-Algún problema? Añadió de nuevo Emilio
-Passport (por fin, uno de ellos dijo algo que entendimos)
Le enseñamos nuestros pasaportes en regla… los revisaron y se marcharon a aporrear la puerta de la habitación de al lado.
Joer que susto.
En fin, que resulta que tras los atentados sucedidos recientemente en la ciudad de Mumbay habían extremado la protección en la India y por eso hacían como una especie de redada. Y claro, estando en un hotel a tan solo 50 metros de una de las puertas del Taj Mahal… lo entiendo… pero podrían ser menos bruscos.
Pues eso, ya bien despiertos y mochila a la chepa nos fuimos hacía la estación de autobuses.
E-mail: unpaseilloporelmundo@hotmail.com
1 comentario:
hola pareja!
pues con la ilusión que tengo hace miles de años de ir al Taj Mahal... Bueno, si vamos algún día ya se completará con algo más je je
ahora por aquí está lloviendo, no para, hemos estado unos días fuera esquiando y vuelta a la lluvia.
Feliz 2009
Andrew y Loli
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